miércoles, 1 de enero de 2014

La morgue de París durante la época victoriana.


La muerte era vista como algo más natural durante la época victoriana, bueno, en realidad, se ha visto como algo más natural en cualquier época excepto en la actual. Era algo que se trataba con naturalidad, supongo que en parte debido a que era algo mucho más común de lo que es hoy en día.

Pongamos un ejemplo: Levantad la mano todos aquellos que hayan sido operados de algo medio grave (apendicitis incluido). Pues si nos hubieran operado antes de 1942 (año en que se empezó a producir penicilina con efectos terapéuticos) estaríamos todos muertos. Para más información sobre la mortalidad antes del siglo XX os recomiendo leer los artículos sobre la viruela y el carbunco (Antrax) (Son de mis preferidos de la web, los leo de vez en cuando).

Pero volviendo sobre el tema que nos ocupa. Corría el año 1864 cuando las autoridades parisinas se enfrentaron a un problema: El problema era que París tenía una tasa de mortalidad lo suficientemente elevada como para que con frecuencia aparecieran cadáveres en sus calles, muchos por muerte violenta y otros tantos por suicidio.

Las autoridades tenían problemas para la identificación de los cuerpos así que establecieron una morgue en la cual exponer los cadáveres para que la gente que notara la ausencia de un ser querido pudiera acercarse al lugar a comprobar si alguno de los cadáveres encontrados se correspondía con el de sus allegados.
La morgue se instaló justo detrás de Notre Dame. Semejante atractivo turístico en un lugar tan emblemático no podía pasar desapercibido y pronto el lugar se convirtió en un lugar en el que entrar a cotillear sobre las posibles causas de la muerte de las personas que allí se encontraban.

Un ejemplo de estas situaciones se dio con la aparición del cadáver de un niño decapitado, siguiendo con el protocolo habitual (que os describo más adelante) el niño fue desnudado y expuesto a la vista de todos los parisinos. Ni que decir tiene que cuando corrió la voz multitud de persona se acercó a ver al niño sin cabeza.
Las dificultades de su identificación (por la falta de cabeza y la ausencia de ropa) hicieron que al chico permaneciera expuesto durante más de dos meses y medio.
Personalmente me parece que le hecho de exponer los cadáveres desnudos era un gran error, supongo que se haría con la idea de poder ver las marcas de nacimiento o cicatrices del cadáver, también para evitar que algún cachondo se divirtiera vistiendo cadáveres con las ropas de otras personas para despistar… Pero el caso es que el proceso es como sigue:

A la llegada del cadáver a la morgue este era depositado en una especie de camilla de metal que ya no abandonaría hasta ser trasladado al cementerio, allí era desnudado y concienzudamente examinado con la intención de apuntar todas las marcas o rasgos que fueran significativos.
Posteriormente era trasladado a unos nichos donde eran almacenados hasta que los oficiales sacaban el cadáver a las salas donde eran expuestos.
Llegados a este punto hay que hacer una diferenciación entre antes y después de 1897 puesto que este fue el año en el que se instaló un sistema de congelación para los cadáveres. Antes de esa fecha los cadáveres hubieran seguido el proceso de descomposición normal, no es que yo sea un experto en cuerpos en descomposición, pero calculo que eso no te deje más plazo de el de una semana para identificar el cadáver, también calculo que el olor que tanto trabajadores como visitantes tenían que soportar no fuera nada agradable.



Las ropas y pertenencias personales de los cadáveres eran almacenados en una sala común, la idea era que cuando los familiares identificaran los cadáveres, estos pudieran, si lo deseaban, reclamar sus pertenencias. A la práctica esta sala acababa abarrotada de cosas, cuando se llenaba, las cargaban en carros, las llevaban a las afueras y las incineraban. Personalmente e intuyendo el grado de salubridad del recinto me parece una sabia decisión.

El edificio también disponía de una sala para llevar a cabo disecciones y autopsias. No he conseguido encontrar en ningún lugar bajo qué circunstancias se usaba esta sala y con qué propósito. Lo que sí que he encontrado es una referencia en un artículo de 1898 en la “The National Magazine” que asegura que la sala contenía una mesa de mármol para practicar las autopsias y órganos humanos conservados en frascos al más puro estilo de las películas de terror.

Como una última curiosidad parece ser que un grupo de personas realmente mórbida (lo que serían los góticos de la época, supongo) se ofrecían esporádicamente a posar como cadáveres en el lugar. Supongo que les parecería una buena idea parecer muertos desnudos mientras miles de Parisinos les observaban… Nunca se les permitió hacerlo, en parte porque no era plan y en parte porque no hubieran tardado mucho tiempo en pasar de “fiambre simulado” a “fiambre congelado” teniendo en cuenta que los cadáveres expuestos se conservaban a -17 grados centígrados.
Si en algún momento conseguís la máquina del tiempo deciros, para que no os equivoquéis, que la morgue cerró al público en 1907 aunque siguió funcionando hasta 1921 momento en el cual fue movida a otra zona de la ciudad.

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